lunes, 16 de noviembre de 2020

El Estado y el Capitalismo moderno

 

GUÍA DE APRENDIZAJE

 

Fecha: 18 de noviembre del 2020

Fecha máxima de entrega del taller: 20 de noviembre del 2020

Área: Ciencias Sociales

Asignatura: Ciencias políticas y económicas

Tema: El Estado y el capitalismo moderno

Grado: 10 - 2

Docente: Juan Felipe Giraldo Castaño

Competencia: Argumentativa

 

Logro: Explicar qué es y cómo surgió el Estado y el capitalismo moderno.

 

Indicador de logro: Explica qué es y cómo surgió el Estado y el capitalismo moderno; mediante respuestas a preguntas propuestas de forma escrita por parte del docente.

 

 

Introducción:

Esta guía pretende ayudarlo a comprender el Estado y el capitalismo moderno, qué fue y cómo surgió, cómo se desarrolló. Del mismo modo, la siguiente actividad ayudará a mejor su comprensión lectora y desarrollar una mejor capacidad de análisis.

Contenido:

 

El surgimiento del Estado moderno y el Capitalismo

 

La conformación de los Estados Nacionales tuvo su origen durante la transición del feudalismo al capitalismo. No puede ser explicada sino dando cuenta de la multiplicidad de factores que intervinieron y que se retroalimentaron en un proceso que llevó varios siglos. Los cambios políticos, económicos, sociales y culturales por sí mismos no pueden dar cuenta completamente del proceso de consolidación de los estados nacionales, que comenzaron constituyéndose en la Europa occidental entre los siglos XVI a XVIII. No obstante, las transformaciones en el plano del poder fueron fundamentales: el pasaje del poder político feudal disperso y relativamente limitado por la Iglesia y los señores feudales locales a un poder centralizado en la figura del monarca. La concentración del poder de los reyes por encima de la Iglesia, así como la pérdida de poder de los señores feudales locales a raíz de la desaparición gradual de la servidumbre, permitió el surgimiento en el siglo XVII de los denominados Estados absolutistas. La coerción pasó del ámbito del señorío feudal al plano “nacional”, creándose un aparato reforzado de poder para controlar y reprimir a las masas campesinas. La nobleza mantenía su dominio mientras “toleraba” o se adaptaba al surgimiento de un nuevo antagonista, las burguesías comerciales de las ciudades medievales.

Sin embargo, hay que resaltar que, en el pasado histórico existieron formas de organización política basadas en la unidad territorial, en la existencia de ejércitos permanentes y/o la existencia de una hacienda pública. A diferencia de esas formas pre – estatales, en donde podía existir una o algunas de esas características, el Estado moderno reúne todas las anteriores condiciones; incluso incorpora otras, como la existencia de un orden jurídico exclusivo y uniforme aplicable a un gran territorio y categorías jurídico – políticos como la soberanía y monopolio de la fuerza legítima.

En el Estado moderno, a diferencia de los pre – estatales, el modo de producción económica domina, por encima de los instrumentos de dominación política. Es decir, el Estado moderno es una forma de dominación política con un modelo de producción capitalista, en donde el Estado tiene los instrumentos para recurrir a la violencia – legítima o no –, y con ello, sostener o apuntalar el modelo de producción capitalista. Aunque es verdad que la legitimidad del Estado moderno se busca imponer, generalmente, no por la fuerza física sino por la aceptación al poder.

Para entender mejor el nacimiento del Estado moderno de corte absoluto, conviene explicar con algo más de detalle las notas de la dominación feudal. Entre las características encontramos que, en el mundo feudal, el modo de producción estaba basado en la explotación a los siervos de la gleba por los señores feudales. Era un marco de relaciones en donde la vida secular no existía una institucionalización del poder, ni el monopolio de la violencia legítima, ni una administración organizada, ni un derecho escrito, ni soberanía sobre un territorio. Adicionalmente, frente a los señores feudales y los siervos de la gleba se encontraba la iglesia, con una organización de poder propia y fuertemente centralizada, con su propio ordenamiento jurídico y una administración estable y bastante desarrollada.

Así pues, podríamos decir que, el proceso de construcción del Estado moderno es largo y confluyeron en su aparición una serie de causas, entre las que se encuentran:

a.       El descubrimiento de nuevas riquezas, tanto del viejo como del nuevo continente.

b.      El desarrollo de las finanzas internacionales, primero en Italia y después en los Países Bajos.

c.       La revolución de los métodos de cultivo y con ello la distribución de la propiedad territorial, lo que comenzó a poner en jaque a la propiedad feudal.

d.      El descubrimiento y difusión de la imprenta, lo que significó el fin del monopolio de la iglesia.

e.       El descubrimiento y desarrollo de la pólvora que democratizó el acceso a las armas de fuego.

f.       La constitución de ejércitos nacionales en manos de algún o algunos señores feudales más fuertes.

g.      La reforma protestante y su impronta secularizada.

En el trayecto del surgimiento del Estado moderno, los medios de autoridad y administración de carácter privado, se convirtieron en propiedad pública. El poder de mando se primero en beneficio del príncipe absoluto y luego a favor del Estado. Es en esta época cuando se conforman los ejércitos permanentes, la hacienda pública se nutre con impuestos aprobados sin el consentimiento y los viejos estamentos, y la burocracia y sus respectivas organizaciones y funcionamiento, pasa a manos públicas: del príncipe o del Estado. Parte de este proceso es la creación de un patrimonio del Estado, independiente del patrimonio de los señores feudales o del rey, que entre otras cosas, contribuyen a transformar el sistema económico feudal y sustituirlo por uno capitalista.

El establecimiento del Estado concluye formalmente con la existencia de un único ordenamiento jurídico válido para todos los habitantes del territorio que integran el Estado. El Estado moderno tendrá entre sus características fundamentales ser en sí mismo un sujeto especial de derecho que se organiza jurídicamente y que tiene el monopolio de la producción de las normas que regirán la vida de los gobernados y las propias instituciones del Estado.

Podemos decir, en síntesis, que las principales características formal – institucionales – no económicas – del Estado moderno en su evolución histórica, y hasta antes del neoliberalismo globalizador, ha sido: Ser un Estado territorial, pues su poder se extiende sobre un territorio en el que sólo él tiene la capacidad de ejercitar el poder supremo y en el que permanece al margen de las influencias exteriores; el Estado es el conjunto de ciudadanos que pueblan su territorio y que se constituyen en pueblo o nación política; el Estado es una unidad organizada de decisión y funcionamiento, ya que dispone del poder legislativo, del ejército, del ejercicio de la coerción legítima y de proveer los bienes y servicios públicos a los ciudadanos; el fundamento institucional del Estado es el ordenamiento jurídico y ahora la Constitución, que otorga fundamento jurídico a su actuación; la estructura política del Estado es la democracia, aunque sea ésta una cuestión puramente formal, pues la decisiones de los órganos y poderes tienen que basarse en la voluntad del pueblo; y la actividad del Estado dice consistir, aunque ello no sea verdad, en cumplir la voluntad popular determinada en un proceso democrático, a través de un organización gubernamental y administrativa denominada burocracia, heredera de la administración de los monarcas absolutos, en donde esta forma de organización, está inspirada en la previsibilidad de sus actos, que son susceptibles de control jurídico.

Ahora bien, desde lo económico, el modelo económico adoptado por el Estado moderno fue el mercantilismo, que constituye, no tanto una práctica coherente, sino una serie de creencias, de teorías y prácticas sobre la economía en un periodo que comprende de 1450 a 1750; es decir, de la economía medieval a la fisiocracia – o sistema económico que se basaba en la existencia de una ley natural de mercado, donde la economía estaría asegurada sin la intervención del Estado –. Así, pues, se puede decir que el alma del mercantilismo es el comercio y éste no puede desarrollarse sin libertad económica. Otro elemento fundamental del mercantilismo es la propiedad inmobiliaria que necesariamente exige de la libertad económica para promoverse. Podrimos sintetizar el mercantilismo con las siguientes características:

a.       El mercantilismo se basa en la creencia de que el Estado debe perseguir la adquisición de oro y plata para su enriquecimiento y producción de la actividad económica.

b.      La conquista de los metales preciosos debe ponerse en manos del Estado a través de ordenanzas y edictos reales.

c.       El mercantilismo promueve la explotación minera, evita la salida del metal y favorece la entrada del mismo a los territorios del Estado.

d.      El Estado debe organizar la industria y el comercio. La industria a través de medidas poblacionistas, máximo legal de salarios, régimen de trabajo forzoso, creación de manufacturas reales, estímulos capitalistas, subvenciones, protecciones, recompensas honorificas a los directores de las industrias. Para el comercio, debe favorecer las exportaciones por encima de las importaciones, crear mercados para los productos nacionales, colonizar países nuevos e imponer, mediante la hegemonía.

e.       El mercantilismo asume el principio de que las pérdidas o las ganancias en el Estado nacional dependen de las pérdidas o ganancias de otros Estados nacionales. Como puede advertirse, los elementos más importantes de esta doctrina económica están en la búsqueda y mantenimiento del oro en las arcas del Estado absoluto y en la hostilidad para las demás naciones en los intercambios de comercio.

Podemos decir, en síntesis, el pensamiento mercantilista se convirtió en esa ideología que buscaba la ruptura contra las ideas predominantemente religiosas en lo económico. Estos pensadores introdujeron la idea que pensar en acumular riquezas no es malo, que los individuos están motivados a mejorar sus condiciones de vida (mundanas, por qué no) y que existen formas individuales y cooperadas de conseguirlo. Argumentaban que no hay nada de malo en que el hombre busque conseguir todo aquello que le sea útil, a él y a su familia, para su sustento y mejoramiento de las condiciones de vida. Junto a los renacentistas y demás pensadores morales y políticos, buscaron construir los sujetos políticos, económicos y sociales de la modernidad. De esta manera el mercantilismo se constituyó, no solo en teoría sino también en política objetiva de los diversos Estados europeos.

 

 

ACTIVIDAD

 

Lee el texto de contenido de esta guía, para responder las siguientes preguntas. También, te puede apoyar en el siguiente vídeo:

 

El surgimiento de Estado moderno.

 

1. ¿Por qué la Iglesia Católica perdió poder a medida que fue surgiendo el Estado moderno?

2. ¿Qué diferencia un Estado moderno de uno pre – estatal? Argumente su respuesta.

3. ¿Qué funciones despeñaba en el rey en el Estado moderno?

4. ¿Qué caracteriza al mercantilismo y qué relación tiene con el Estado?

5. ¿Cómo cambió el mercantilismo el mundo?

6. ¿Qué heredamos nosotros del Estado moderno y del mercantilismo? Argumente su respuesta

 

Nota: Este taller tendrá dos notas. La primera nota saldrá de las preguntas 1 a 3. La segunda nota saldrá de las preguntas 4 a 6.

 

 

Lecturas recomendadas:

 

·         Jaime Cárdenas García, Capítulo primero: Los orígenes y la transformación del Estado moderno. En: Del Estado absoluto al Estado neoliberal, Jaime Cárdenas García, Universidad Autónoma de México, México, 2017

·         Germán Darío Valencia Agudelo, Teoría económica y formación del Estado nación: mercantilistas y liberalitas. En: Ecos de economía, Medellín, 2011 – págs 147 – 169

 

  El taller se envía al correo: jhuanfe.21@gmail.com

Si presenta inconvenientes al enviar el taller por correo, puede enviarlo al Whatsapp: 3224542571.
Alguna inquietud o inconveniente escribir al correo o al Whatsapp anteriormente mencionados 



¡ÉXITOS!

lunes, 9 de noviembre de 2020

La deuda externa en América Latina

 

GUÍA DE APRENDIZAJE

 

 

Fecha: 11 de noviembre de 2020

Fecha máxima de entrega: 13 de noviembre de 2020

Área: Ciencias Sociales

Asignatura: Ciencias políticas y económicas

Tema: La deuda externa en América Latina

Docente: Juan Felipe Giraldo Castaño

Competencia: Interpretativa

 

Logro: Comprender qué y cómo se ha desarrollado el fenómeno de la deuda externa en América Latina

 

Indicador de logro: Comprende qué y cómo se ha desarrollado el fenómeno de la deuda externa en América Latina, por medio del taller propuesto por el docente

 

Introducción:

 

Esta guía pretende ayudarlo a comprender qué y cómo se ha desarrollado el fenómeno de la deuda externa en América Latina. Del mismo modo, la siguiente actividad ayudará a mejor su habilidad argumentativa y desarrollar una mejor capacidad de análisis.

 

 

Contenido

 

Deuda externa en América Latina

 

El endeudamiento de los países de América Latina no un fenómeno que se origina en el siglo XX. Por el contrario, la deuda externa es tan antigua como cada uno de los países que componen Latinoamerica. Es que lo cierto, las nuevas repúblicas de nuestro continente se desligaron políticamente de las monarquías que los dominaron por siglos, mas no lo hicieron en lo económico. Aunque su sistema político era nuevo, su sistema económico siguió estando sujeto a la dinámica de la economía mundial.

Así pues, el primer ciclo de préstamos latinoamericanos, por lo tanto, estuvo claramente vinculado a una fase expansiva de la economía internacional, característica que se repetiría en todos los auges crediticios posteriores. Pero la actividad crediticia del decenio de 1820 no puede explicarse solamente en términos de ciclos económicos. Una dimensión política se hallaba también implícita en estas transacciones financieras trasatlánticas. Para Gran Bretaña, quien fue la más interesada en invertir, tanto como para los países emergentes de Latinoamérica, los empréstitos o préstamos constituían instrumentos para alcanzar una serie de objetivos estratégicos. Los banqueros, los comerciantes y políticos británicos creían que los préstamos podían ayudar a abrir las puertas al comercio con América Latina, a facilitar el acceso a las valiosas minas de oro y plata y a garantizar el predominio naval británico en el atlántico como en el pacifico. Los políticos latinoamericanos, por su parte, deseaban obtener préstamos para financiar sus ejércitos – comprometidos en las últimas etapas de la lucha por la independencia –, así como para consolidar las nuevas naciones – estado que habían empezado a surgir de las ruinas de los imperios español y portugués. En este orden de ideas, los años veinte del siglo XIX no fueron solamente años de la euforia política en América Latina, sino también años de euforia bursátil en Londres, el cual aprovecharon los países latinoamericanos para endeudarse.

Sin embargo, el endeudamiento externo comenzó a reanudarse después de 1870 y se aceleró hacia el fin del siglo XIX. Este nuevo ciclo de endeudamiento fue la contracara de la exportación de capital desde Europa, principalmente desde Gran Bretaña, Francia y Alemania. Así, la lógica de la exportación de capital no fue la misma en esos tres países. En Gran Bretaña y –un poco menos pronunciado– en Francia, había un fuerte sector rentista y un rasgo saliente de la acumulación era el fuerte rol del sector financiero y comercial. La exportación de capital tenía un vínculo muy débil con la industria y la exportación de productos industriales. La exportación de capital fue la más fuerte en los años con una baja inversión interna. Gracias a ello, una parte de América Latina vivió una transformación profunda de su estructura económica y de sus lazos de dependencia con los países del centro, como Gran Bretaña. Particularmente en Argentina y Uruguay se instaló un modelo de agro exportaciones que creció rápidamente. Las inversiones extranjeras parcialmente financiaron esas transformaciones, en parte también alimentaron actividades especulativas. Las inversiones europeas ascendieron a alrededor de 7.000 millones de dólares en 1914.

El proceso de endeudamiento latinoamericano de esa época no fue lineal. Por un lado fue dependiente de la coyuntura económica en Europa, por otro lado incidieron ocasionales crisis financieras en América Latina. La crisis más grave probablemente ocurrió en Argentina en 1890-91. A veces la presión de los acreedores iba más allá de un mero condicionamiento político, como la intervención militar.

La Primera Guerra Mundial (1914 – 1918) cambió fundamentalmente las relaciones en los mercados financieros internacionales. Los poderes vencidos entraron en la década de postguerra con altísimas deudas externas y sistemas bancarios muy debilitados. En contraste con los sectores financieros europeos, los bancos estadounidenses salieron de la guerra desde una posición de fuerza. Había un surplus de capital exportable en los Estados Unidos y, por eso, un afán considerable de colocar capital en el exterior, principalmente en Europa y América Latina. No obstante, los Estados Unidos no asumieron un rol hegemónico en la regulación de las finanzas internacionales.

Los Estados Unidos practicaron su propia versión de política monetaria internacional, la diplomacia del dólar. Se trataba de una política claramente unilateral. El objetivo fue claro: desarrollar un patio trasero americano y el rol del dólar a través de créditos privados que fuesen condicionados por un control de la política económica ejercido por expertos norteamericanos con la aprobación del Ministerio de Asuntos Exteriores. Así pues, el “patio trasero” principal de los Estados Unidos en los años veinte fue América Latina. “Entre 1924 y 1928, América Latina absorbió el 24 por 100 de las emisiones de capital nuevo efectuadas en los Estados Unidos para la cuenta con el exterior y recibió el 44 por 100 de la inversiones directas en el exterior. Los Estados Unidos suplantaron a Gran Bretaña como inversor externo en la mayoría de los países latinoamericanos. Los préstamos norteamericanos sirvieron, por tanto, en muchas ocasiones, para pagar el servicio de las deudas a Gran Bretaña.

Por la especulación financiera en 1929 llevó a una crisis económica mundial, conocida como la “Gran crisis” o “el crac del 29” hizo que muchos países, entre del mundo se declararan incapacitados para pagar la deuda externa. La crisis de los países del centro descartó la viabilidad del modelo agroexportador vigente en América Latina. Los precios de las materias primas cayeron profundamente. Las fuentes de capital externo se secaron. Como medidas de urgencia se adoptaron fuertes restricciones contra las importaciones y se devaluaron las monedas nacionales en América Latina. A comienzos del año 1931, se declaraban moratorias en el servicio de diverso alcance. No se podían esperar nuevos fondos ni de los Estados Unidos ni de Gran Bretaña.

Después de la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos tomó la hegemonía económica mundial. El orden internacional financiero de posguerra –llamado sistema de Bretton Woods– permitió una política monetaria autónoma. Los tipos de cambios fueron fijos. La combinación de una política monetaria autónoma y un sistema de cambios fijos fue posibilitada por controles de capital que el orden de Bretton Woods permitió. El sistema fue plasmado principalmente por los Estados Unidos como poder hegemónico. El dólar fue la moneda de reserva internacional y se encontraba al centro del sistema de cambios fijos. Una institución clave del sistema de Bretton Woods fue el Fondo Monetario Internacional (FMI). Los Estados Unidos buscaron garantizar y perpetuar su influencia en el FMI a través de una distribución de derechos de voto correspondiendo a criterios como: ingreso nacional, cambios exteriores, reservas internacionales. Esta ponderación de votos ha favorecido a los países industriales y a los EEUU en primera línea.

Después de la revolución cubana, en 1959, el flujo de créditos oficiales hacia América Latina creció. Estos fueron parte del programa del supuesto “combate contra el comunismo”. No obstante, la deuda externa de los países latinoamericanos aumentó en los sesenta y llegó a límites críticos en los mediados de los sesenta. Entre 1965 y 1967 el servicio de la deuda externa consumió 87% de los nuevos créditos (brutos) en América Latina. Había una marcada tendencia hacia déficit en la cuenta corriente. La sustitución de importaciones fue incompleta. Los países latinoamericanos continuaron siendo dependientes de las importaciones de bienes de capital, porque ni el capital nacional ni el capital transnacional estaban interesados en invertir en este sector. Los productos primarios (productos agrícolas, materias minerales, combustibles) formaban todavía una parte significante de las exportaciones. Así, los países del Tercer Mundo se endeudaron rápidamente. La deuda externa creció de 130,1 mil millones de dólares en 1973 a 780,9 mil millones de dólares en 1982. El endeudamiento fue particularmente dinámico en América Latina. En el corto período entre 1978 y 1982, la deuda externa de América Latina aumentó de 153 mil millones de dólares a 328 mil millones de dólares.

En América Latina había dos variantes básicas del uso de los créditos externos. En la primera, el endeudamiento externo ayudó a postergar la crisis del modelo basado en la sustitución de importaciones. Los crecientes déficit en la balanza comercial fueron financiados a través de créditos externos. En algunos casos se buscó profundizar la industrialización hacia dentro sin cuestionar la desigualdad del modelo.

La crisis originada por la deuda es grave y amenaza con provocar el derrumbe del actual sistema financiero internacional, a menos que se encuentre una nueva fórmula. La deuda externa, por lo tanto, se convierte en un problema económico, político y ético. Asi pues, la mayoría de los países latinoamericanos tienen que dedicar entre el 35 y el 50 por ciento de sus exportaciones al pago del servicio de la deuda.

Hoy ya la deuda externa ha dejado de ser simplemente un problema económico cuya solución se podría dejar a los economistas, a los ministerios de hacienda o a la banca. De lo económico ha pasado & lo social y a lo político, hasta llegar a ser lo que hoy se vislumbra: una maldición para el Tercer Mundo. La deuda externa está destruyendo todo: la posibilidad de desarrollo de los países subdesarrollados, la producción interna, el nivel de vida de las poblaciones, el empleo. Los presupuestos nacionales se restringen cada vez más a los gastos militares y policiales y a los gastos · que ocasiona el pago de la deuda. Se destruyen los sistemas de salud y de educación, las ciudades se deterioran y la miseria golpea.

Actividad

 

Después de haber leído el texto de contenido de esta guía, responder las siguientes preguntas.

 

1. ¿Cómo surge la deuda externa en América Latina?

2. ¿Cómo se convirtió Estados Unidos en una hegemonía económica? Argumente su respuesta

3. ¿En qué consistió el Plan Marshall y Bretton Woods?

4. ¿Qué consecuencias genera para América Latina la deuda externa?

 

 

 

Lecturas sugeridas

 

·         Hinlcelammert, Franz, La deuda externa de América Latina: el automatismo de la deuda, Editorial Departamento Ecuménico de investigaciones (DEI), San José, Costa Rica, 1990

·         Marichal, Carlos, Historia de la deuda externa de América Latina: desde la independencia hasta la Gran depresión, 1820 – 1930, Alianza editorial, México, 1988

·         Becker, Joachim, El endeudamiento externo de América Latina: un resumen histórico. En: El golpe del capital. Las crisis financieras en el Cono Sur y sus salidas, Becker, Joachim, Editorial Coscoroba. Montevideo, 2007

  

 El taller se envía al correo: jhuanfe.21@gmail.com

Si presenta inconvenientes al enviar el taller por correo, puede enviarlo al Whatsapp: 3224542571.
Alguna inquietud o inconveniente escribir al correo o al Whatsapp anteriormente mencionados 

 

https://drive.google.com/file/d/13TbDXj172zjhgwgl56UEdaX0xB6WR9SZ/view?usp=sharing: Guía en pdf


¡ÉXITO!

 

 

martes, 3 de noviembre de 2020